Conoce la importancia de un buen cepillado.

Desde García y Feijóo os estamos intentado contar todos los avances y las nuevas tecnologías que usamos para el cuidado y la mejora de la salud dental, pero hoy os queremos hablar de algo especialmente importante y básico. El cepillado y como lavarse adecuadamente los dientes. Es bastante común pensar que lo hacemos correctamente pero quizás a continuación podáis descubrir que se os pasa algo por alto.

¿Por qué es importante lavarse bien los dientes?

Debido a los alimentos y las bebidas que ingerimos, con ácidos y colorantes, y al pH natural de la saliva, la boca se convierte en un auténtico nido de bacterias. Estas agresiones son las principales causantes del sarro, la caries, la debilitación del esmalte y la inflamación de las encías. Con el tiempo, los dientes se estropean, se amarillean, las encías se descarnan… Y para mantener una boca sana el máximo de tiempo posible, con lavarse los dientes no hay suficiente: hay que cepillarlos bien y de forma regular.

Elegir bien el cepillo

Antes de aprender los movimientos de un buen cepillado, hay que empezar por el cepillo y comprobar si las cerdas empiezan a estar inclinadas, aunque sea sólo un poco. Si es así, ¡ya es hora de cambiar de cepillo! ¿Cada cuánto deberíamos cambiarlo? Lo ideal sería cada mes y que no fuera de cerdas demasiado duras para no dañar el esmalte. Elige modelos de dureza suave o media si tienes las encías sensibles.
En cuanto a los cepillos eléctricos, se caracterizan porque su pequeño cabezal se desplaza por toda la cavidad bucal con movimientos rotativos que garantizan un cepillado eficaz. Aparte de esto, es sólo una cuestión de preferencia.

El método para cepillarse bien los dientes

· La técnica. Hay que cepillarse los dientes superiores y los inferiores por separado. Inclina el cepillo unos 45 grados con respecto a la encía y realiza movimientos rotativos desde arriba hacia abajo. A continuación, trata la parte inferior de los dientes, sin olvidar los del fondo. Finaliza con la lengua y elimina cualquier resto de comida, conseguirás un aliento fresco.

Atención: Los movimientos se tienen que realizar con energía, pero presionando suavemente para no dañar el esmalte ni las encías.

· El tiempo. 4 minutos, dedicando 1 minuto a cada hilera de dientes (superior e inferior-interna y externa).
· La frecuencia. Después de cada comida: mañana, mediodía y noche. En el peor de los casos sólo mañana y noche.
· En caso de no podernos lavar los dientes. Masticar chicle sin azúcar limita los ataques ácidos, pero no sirve como sustituto del cepillado.
· El truco. Llevar siempre encima un cepillo plegable y pasta de dientes mini. Así podrás refrescarte la boca después de una comida en el restaurante o en el trabajo.

Consejos básicos para un buen cepillado de dientes

· El cepillo de dientes es personal e intransferible, si no, podríamos contagiarnos los microbios.
· Utiliza un dentífrico adecuado: a base de plantas para encías sensibles, antisarro…, y evita los blanqueadores porque el sílice que contienen debilita el esmalte.
· Tras el cepillado, adopta la costumbre de eliminar los residuos de comida con hilo dental, con cuidado de no dañar las encías.
· En caso de inflamación gingival, finaliza con un enjuague bucal antiséptico de farmacia.
· Un par de veces a la semana, añade bicarbonato de sosa en polvo a tu dentífrico para eliminar las manchas resistentes.

Con estos sencillos consejos y con una revisión anual con nuestro equipo de profesionales de GARCÍA y FEIJOÓ, conseguiréis un perfecto mantenimiento de vuestros dientes.
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